29 mar 2009

Internet y escolares en el Perú

Los avances de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) han transformado al ser humano en su forma de adquirir información, entretenerse, comunicarse con los demás y de procesar dicha información para transformarla en conocimiento. Internet que aparece a fines de la década de los 60, pero cuyo uso se popularizó a partir de 1995 marcó el ingreso a este milenio a una ventana infinita de información y significó para muchos niños, jóvenes y adultos la oportunidad de una nueva forma de aprendizaje. Algunos investigadores se preocuparon porque creyeron que el uso de internet tendría efectos negativos en los niños y adolescentes, es decir causaría cierta adicción, pero en realidad es la relación que el joven establece con determinada conducta la que podría ser una adicción conductual. (Graner, Castellana, Sánchez Carbonell, Beranuy & Chamorro, 2005).
Desde que internet comenzó a generalizarse, el crecimiento ha sido entre 80 a 100% anual en todo el mundo. Sólo en estos cinco últimos años internet ha crecido en un 82.8% según un estudio de Nielsen-NetRatings. Este indicador señala la importancia que las personas de todas las edades y de diversos lugares le dan a internet. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) indicó que el 41,9% de la población limeña utiliza internet. Osiptel calculó que hay aproximadamente 35 mil cabinas en todo el Perú en estudio realizado por la empresa Apoyo (2002), señaló que el 80% de los usuarios de internet accede desde cabinas. En el informe técnico Las tecnologías de información y comunicación en los hogares (Abril-mayo-junio 2008) realizado a nivel nacional por el INEI, el grupo de edad de mayor acceso a internet es el de 12 a 18 años, de los cuales 29,6% son varones y 34% son mujeres. Pero todavía no hay un estudio para saber qué uso le dan a internet los niños y adolescentes en el Callao.
Se ha dicho que existe una brecha digital entre los países en vías de desarrollo y los países del primer mundo. De esta manera existen investigaciones como las financiadas por Telefónica en el 2007, María Frick publicó el estudio sobre Niños y jóvenes en la Sociedad de la Información, Acceso y uso de internet en América Latina donde afirma que hay pobreza digital y menciona indicadores de acceso a las nuevas tecnologías. En el caso peruano, hace una suposición que sólo el 7% de la población puede conectarse a internet. Sin embargo, el INEI señala que la población accede a internet mediante cabina pública (71,7%). Sólo el 19,8% tiene internet en sus hogares. Entonces en el Perú, incluido Lima y también el Callao, se encuentra en una situación sui géneris porque si bien es cierto hay pocos hogares que tienen acceso a internet, hay numerosas cabinas públicas que permiten el acceso de niños y adolescentes a internet.
La preocupación como educadores, padres de familia e investigadores es para qué usan internet los niños y adolescentes. Diariamente en una observación no sistematizada vemos a muchos jóvenes en las cabinas públicas buscando información para sus tareas académicas. La socióloga María Teresa Quiroz (2008) sostiene que la brecha digital no es estrictamente tecnológica, de acceso; sino una brecha educativa, “porque a través de la educación aprendes a hacer un uso adecuado de internet, insertándola adecuadamente en la propuesta educativa. Ahí está la mayor brecha digital, no solamente en el acceso sino en la parte educativa.” La autora del libro Jóvenes e Internet menciona también que se debe dar las herramientas a los educandos para puedan decodificar la información, analizarla y entender las diferentes fuentes.
Actualmente muchos de los profesores están valiéndose de esta tecnología de la información y la comunicación (TIC) como una herramienta de apoyo en el aprendizaje. Ausubel señalaba que para que se den las condiciones del aprendizaje significativo, además de la actitud favorable del alumno son necesarios la significatividad lógica y psicológica del material educativo, y que los alumnos deben conectar los nuevos conocimientos a los conocimientos previos y deben comprenderlos. Es decir, estos materiales deben estar relacionados con las estructuras cognoscitivas de los alumnos.